Tal y como anunciaba en el último artículo escrito en este blog hace unos meses (ahora lo he retomado y actualizaré con más frecuencia), Podemos y sus formaciones afines han logrado consolidar su presencia en la política nacional tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de mayo, provocando el desplome del Partido Popular y el estancamiento de un PSOE renovado, e incluso de unos prometedores Ciudadanos, que no cumplieron con la expectativa a pesar de haber logrado unos resultados notables para ser sus primeros comicios con presencia en todo el país.
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2015 es año de elecciones en España, y los últimos acontecimientos hacen prever que serán mucho más igualadas que en el año 2011. La irrupción de Podemos, que ha demostrado su fuerza en las elecciones europeas y su tendencia al alza en las últimas encuestas, así como la renovación del PSOE, con una cara joven al frente, evidencian la llegada de un nuevo ciclo generacional que, por supuesto, también impactará en la forma de comunicar. En la comunicación política cada detalle cuenta, y el camino hacia la consecución de una imagen pública favorable inicia desde las primeras ideas que dan lugar a cada propuesta. El 16 de enero se dio a conocer Vox, un nuevo partido político español liderado, entre otros, por Santiago Abascal, quien renunció a la militancia del Partido Popular a finales del año pasado, al verse decepcionado por las políticas del Gobierno. Mucho se está hablando de la polémica reforma fiscal aprobada recientemente en México, las dudas y especulaciones sobre su impacto económico preocupan a muchos, mientras sus valedores tratan de justificar los cambios introducidos; habrá que esperar para comprobar los resultados. Sin embargo, en lo referido a la comunicación política ya es posible observar movimientos estratégicos por parte de las distintas formaciones, en especial del Partido Acción Nacional, que ha encontrado una oportunidad para intentar recuperar lo perdido, o al menos una buena parte. Se podría llevar a cabo un extenso debate sobre la conveniencia de la monarquía en España, así como sobre la continuidad de Juan Carlos de Borbón al frente de la Casa Real. Lo que a estas alturas es evidente, es que la imagen pública de la institución se encuentra en su peor momento; los problemas familiares, el fantasma de la corrupción, y las actividades extraoficiales del Rey, en un contexto de crisis económica y desconfianza política, han incrementado el desagrado de buena parte de la opinión pública. Del mismo modo, los acontecimientos demuestran que la figura del príncipe Felipe se ha convertido en la esperanza de la institución y sus defensores. Si hay un tema que ha logrado imponerse en la agenda mediática española en lo que llevamos de año, por encima incluso de la crisis económica, es sin duda el ‘Caso Bárcenas’. La supuesta financiación ilegal del Partido Popular ha provocado que la corrupción se consolide como la segunda gran preocupación de los ciudadanos después del desempleo, tal y como demuestra el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Los líderes de los dos grandes partidos españoles han descubierto un nuevo modo de evitar las situaciones incómodas provocadas por la presencia de los medios de comunicación, aquellos cuya intención no es otra que cuestionar la actividad de los servidores públicos para mantener informada a la población, de un modo más o menos tendencioso, pero informada, al fin y al cabo. En lo que llevamos de año, tanto el presidente del Gobierno y del Partido Popular, Marino Rajoy, como Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del PSOE, principal partido opositor, han protagonizado en más de una ocasión un nuevo modelo de ruedas de prensa en la que se invita a los periodistas, cámaras y fotógrafos a una sala comandada por una pantalla de televisión. En los últimos días, el Gobierno español ha destapado cuál será su nueva estrategia comunicativa, de cara a la segunda mitad de su mandato y, por supuesto, hacia los procesos electorales del 2015. El ajuste de las previsiones económicas del pasado mes de abril, define la nueva planeación del Ejecutivo, centrada en aceptar la negatividad que transmiten en sus números distintos organismos internacionales, para tratar de mejorarlos y, por supuesto, cumplir la nueva estimación. El análisis comunicacional de lo ocurrido en las últimas semanas en Europa, desde que se anunció el rescate a Chipre de acuerdo a la conocida como ‘troika’ (Banco Central Europeo, Comisión Europea y FMI) , explica en gran parte la disconformidad de los ciudadanos respecto a sus políticos, principalmente en los países más afectados por la crisis. El proceso comunicativo deja de ser un vehículo de entendimiento y transparencia, para convertirse en un cúmulo de contradicciones y repentinos cambios de rumbo que sólo logran transmitir una incómoda incertidumbre. Hace unos meses, reflexionaba sobre la importancia de los pequeños detalles en la política actual, en el contexto de las elecciones presidenciales de México. Últimamente, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha incrementado su lista de deslices, demostrándonos una vez más que, en un mundo conectado donde gran parte de los ciudadanos disponen de herramientas para expresarse públicamente, los errores se pagan caros, por absurdos que sean o insignificantes que parezcan. |
Miguel Ángel Matilla Blanco:
asesor de comunicación estratégica; formador; escritor Categorías
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Noviembre 2023
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