Tal y como ocurrió en la contienda del 2008, Barack Obama apostó en las pasadas elecciones estadounidenses por articular una campaña que no dejase de lado a los hispanos instalados en el país norteamericano, para así mandarles un mensaje claro y convincente, desde un punto de vista estratégico. También lo hizo su rival, Mitt Romney, consciente de la relevancia del voto latino, pero de un modo más intrascendente, y dirigiéndose casi exclusivamente a quienes viven en Estados Unidos por ser opositores a los gobiernos de sus respectivos países.
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Un eslogan de campaña demuestra su verdadero poder cuando perdura más allá del proceso electoral. Es lo que ha ocurrido con ‘Hay un camino’ de Henrique Capriles, el candidato opositor a Hugo Chávez en las pasadas elecciones venezolanas. No es fácil hacer frente a una maquinaria de gobierno que ha permanecido en el poder durante los últimos catorce años, y que pretende perpetuarse aún más. Pese a ello, el candidato de Unidad Nacional, fuerza opositora a Chávez, consiguió hacer temblar las bases del proyecto creado por el presidente de la República, que se tambalearon hasta el mismo momento en que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció el resultado de las elecciones. El que fuera candidato del Movimiento Progresista en las pasadas elecciones presidenciales de México, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado finalmente su separación de la coalición de izquierdas para continuar su camino político de la mano del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), asociación civil de la cual es fundador, y que ahora desea convertir en un partido. Tras la derrota en las elecciones de julio, AMLO inició un proceso de desacreditación del triunfo de Enrique Peña Nieto, el cual le llevó a impugnar la elección y a obligar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a estudiar las pruebas aportadas por el Movimiento Progresista para invalidar la victoria del PRI. Las elecciones presidenciales de México dejan un ganador previsto, el priísta Enrique Peña Nieto, y un gran perdedor, el Partido Acción Nacional (PAN), que presentaba a la candidata Josefina Vázquez Mota con el objetivo de revalidar la cadena de victorias del partido, iniciada en el 2000 con Vicente Fox. Varias conclusiones pueden extraerse de este proceso desde la perspectiva de la comunicación política, entre ellas, destaca la puesta en evidencia de la ineficacia del no. Una campaña muy centrada en la campaña de contraste, debido a la existencia de un candidato puntero en las encuestas desde muchos meses atrás. Finalmente, fue el PRD, el partido que más apostó por construir en lugar de destruir, el que pudo hacer sombra a Peña Nieto, cuando partía de la tercera posición de acuerdo a los primeros estudios de opinión del año. “No todo es imagen”, es una de las frases con las que concluye una reciente película mexicana centrada en una campaña electoral, tratando de descalificar el trabajo del asesor de comunicación y de preponderar el contenido frente a la forma. Sin que la frase deje de ser cierta, tampoco se puede negar que una buena estrategia de comunicación e imagen es un factor determinante e indispensable. En un país como México, con un público tan amplio y diferenciado, cualquier mínimo detalle puede significar la ganancia o pérdida de un buen número de votos, más aún teniendo en cuenta la actual influencia de Internet en la política. El anterior Gobierno socialista no pudo con la crisis, la mayoría de españoles nunca confió en que lo lograra; sin embargo, no estaba tan clara su incapacidad para evitar que la opinión pública forzara a José Luis Rodríguez Zapatero a convocar elecciones anticipadas, finalmente, así fue. Tras el 20-N, el Gobierno de Rajoy se ha enfrentado a su primera huelga general antes de que se cumplan sus primeros cien días en el poder; el problema ya no es la capacidad de hacer frente a la crisis económica desde la política, sino la incapacidad de comunicar favorablemente, de encontrar el mensaje adecuado. Mitt Romney fue el vencedor del ‘supermartes’, consolidándose así como el favorito para lograr la candidatura del Partido Republicano y hacer frente a Barack Obama. A pesar de ello, su victoria no sirvió para sentenciar al resto de aspirantes, quienes han prometido pelear hasta el final. Lo cierto es que al principal perseguidor, Rick Santorum, aún le quedan buenas cartas en la manga. Tras el ‘supermartes’, el mormón Romney se sitúa con más de 400 delegados, contra los 165 de Santorum, 106 de Newt Gingrich y 66 de Ron Paul. Sin embargo, el camino hacia los 1.144 delegados para ganar la candidatura que se decidirá en agosto, será largo. La incapacidad de Romney para sentenciar a sus rivales, a pesar de la fuerte inversión de su campaña, crea dudas e instala una atmósfera de desconfianza que perjudica los intereses del partido y, por tanto, favorece la posible reelección del presidente Obama. La sonrisa es uno de los gestos más recurridos a favor de una imagen pública positiva, en política y en cualquier ámbito, con mucha razón. Sin embargo, en pocas ocasiones una cara sonriente es tan efectiva como en el caso de Josefina Vázquez Mota, candidata de Acción Nacional a la Presidencia de la República Mexicana. Este gesto, unido a su condición de posible primera presidenta de México, serán sus grandes fortalezas de cara a la contienda nacional. En el último año, hemos visto como, ante la situación de crisis económica y las difíciles medidas adoptadas, los principales dirigentes políticos españoles han empleado el silencio como estrategia para intentar evitar su desgaste. El problema viene cuando el silencio deja de ser una táctica puntual, y se convierte en costumbre. Primero fue José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del Gobierno de España, el que apostó por emplear el silencio como estrategia, cuando en octubre del 2010 modificó su equipo de Gobierno, situando a Alfredo Pérez Rubalcaba en una posición que muchos consideraron como de ‘Presidencia en la sombra’. No es que Enrique Peña Nieto no haya leído tres libros en su vida, aunque ahora gran parte de los mexicanos así lo crea; ese es el poder de las redes sociales. El candidato del PRI a la Presidencia de ha República Mexicana cometió un error de comunicación común en política, trató de lanzar una respuesta estratégica, pero se complicó demasiado y le salió el tiro por la culata. Los tuiteros hicieron el resto .Tras presentar su libro, ‘México, la gran esperanza’, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Peña Nieto se sometió a las preguntas de los medios. Uno de los periodistas planteó al candidato que mencionase tres libros que le hubieran marcado. El candidato( que no había preparado esta pregunta (bastante obvia, por cierto), pasó cerca de cuatro minutos tratando de improvisar una respuesta, entre dudas y balbuceos. |
Miguel Ángel Matilla Blanco:
asesor de comunicación estratégica; formador; escritor Categorías
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Noviembre 2023
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