Las campañas electorales en México han tomado una nueva forma, una que se asemeja más a una guerra de desgaste que a una competencia de propuestas y visión política. El proceso que culminó con las elecciones del 2 de junio es un claro ejemplo de ello, extendiéndose por varios meses y consumiendo los recursos tanto de los partidos políticos como de la paciencia ciudadana.
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Este 2 de junio, México presenció el previsible triunfo de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum. Este resultado no fue solo una victoria para ella, sino también una confirmación de la fuerza que conserva Andrés Manuel López Obrador, replicando mensajes muy eficaces, propios del presidente, y otros más cuestionables, como esa intención de generar un miedo infundado a la pérdida de apoyos sociales. El primer debate entre los candidatos a la presidencia de México ha concluido y, con él, una serie de expectativas y predicciones. El evento, que se perfilaba como una oportunidad decisiva para que los aspirantes presentaran sus propuestas y convencieran a los votantes indecisos, parece haber terminado sin un claro ganador o perdedor. En las recientes elecciones de El Salvador, Nayib Bukele ha emergido una vez más como una de las figuras centrales de la política internacional. Su victoria aplastante, con un porcentaje de votos que rompe récords históricos, no es solo un testimonio de su popularidad, sino también de su habilidad para dominar el arte de la comunicación política. En los últimos meses, hemos sido testigos de uno de los acontecimientos más sorprendentes y controvertidos de la historia reciente de España: la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, con el apoyo de los partidos independentistas. ¿Qué estrategias de comunicación empleó para convencer a sus socios y a la opinión pública de que era la mejor opción para el país? El pasado domingo, los argentinos acudieron a las urnas para elegir a sus representantes en el Congreso. El resultado fue una sorpresa para muchos, ya que el candidato Javier Milei, del partido La Libertad Avanza, obtuvo una victoria contundente en la ciudad de Buenos Aires, superando al oficialista Sergio Massa, del Frente de Todos. Las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo en España confirmaron la llegada de lo que en el propio bloque de izquierda ya han empezado a llamar la marea azul, favorable al bando conservador del Partido Popular y VOX, y que tuvo como reacción inmediata por parte del presidente Pedro Sánchez el adelanto de las elecciones generales al 23 de julio. Tras los últimos discursos pronunciados por fuertes figuras de Acción Nacional como Lilly Téllez, queda claro que un sector del PAN está tratando de girar hacia el discurso ideológico de la nueva derecha, centrado en la batalla cultural contra el progresismo, buscando una forma diferente de plantar cara a Morena, y ganar unos nuevos adeptos que parecen resistirse de acuerdo a los estudios de opinión. Pero sobre todo, una manera de fortalecerse al interior del partido, mostrando firmeza y marcando la diferencia. El proyecto Sumar de Yolanda Díaz ha irrumpido con fuerza en la política española, hasta el punto de cambiar la forma de entender el espectro de izquierda, aprovechando al máximo la imagen de la ministra de Trabajo y Economía Social, quien se ha convertido en la líder mejor valorada por los ciudadanos, según las últimas encuestas. Podemos nació en 2014 como un partido que aspiraba a transformar el panorama político español, tras encarnar el movimiento ciudadano del 15-M en 2011, motivado por la crisis y el hartazgo, y un liderazgo muy centrado en la figura de Pablo Iglesias. Pero con el paso de los años, han faltado a los pilares básicos de la comunicación política, la coherencia y, por tanto, la confianza. |
Miguel Ángel Matilla Blanco:
asesor de comunicación estratégica; formador; escritor Categorías
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Junio 2024
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