Una vez más, ante la extrema dificultad de formar un gobierno coherente en un panorama político tan fragmentado e ideológicamente dispar como el español, Pedro Sánchez, presidente en funciones, convocó elecciones con el objetivo de facilitar el desbloqueo; sin embargo, el resultado no hace más que complicar aún más la situación, y obligar al socialista a recular en sus pretensiones si no quiere prolongar aún más este proceso. El PSOE y Sánchez, confiados en continuar su tendencia alcista, de acuerdo a los favorables resultados de encuestas y, sobre todo, del CIS, se marcaron el objetivo de lograr una mayor presencia en el Congreso, que facilitase la conformación de un gobierno moderado. Para lograrlo, los socialistas mantuvieron su posición de centro izquierda, distanciándose de Unidas Podemos a pesar de los intentos de acercamiento de Pablo Iglesias, y alertando intencionalmente del crecimiento de VOX, para dividir aún más al bloque de derecha, y evitar que el Partido Popular se consolidase con claridad como el voto útil conservador. Pero la jugada no salió bien. El PSOE vuelve a ser, con diferencia, el partido más votado, pero en lugar de fortalecer su presencia en el Congreso, ha disminuido con tres escaños menos, y la pérdida de 750 000 votos respecto a las elecciones de abril. Desde la convocatoria de elecciones en septiembre, cabe valorar tres factores que han influido para evitar que el PSOE continuase creciendo, tal y como Sánchez esperaba en ese momento.
De hecho, el CIS tampoco percibió la debacle de Ciudadanos, la bajada de Unidas Podemos, ni el crecimiento del PP y, sobre todo, de VOX. Mostró unos resultados demasiado favorables a los intereses del Pedro Sánchez, pero tal y como se ha comprobado, erróneos. Ahora, tras las elecciones del 10 de noviembre, España tiene el mismo problema que llevó a la imposibilidad de formar el gobierno moderado que Sánchez esperaba, y una división ideológica mucho más marcada, con la práctica desaparición Ciudadanos, una alternativa de centro que era muy lógica para conseguir un gran pacto, y la consolidación de VOX como tercera fuerza, un partido con el que el PSOE nunca podrá entenderse. A partir de ahora, se reinicia el proceso para evitar otra repetición de elecciones. Las opciones son variadas, desde una gran coalición con el PP, una solución sencilla, pero que perjudica a medio y largo plazo a las dos partes; hasta la posibilidad de incluir a las fuerzas nacionalistas.
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Miguel Ángel Matilla Blanco:
asesor de comunicación estratégica; formador; escritor Categorías
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Noviembre 2023
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