La campaña del sí o el no a España

Tras la anterior publicación sobre cómo enfrenta España y sus fuerzas políticas las elecciones generales del 28 de abril, es momento de realizar un breve análisis, antes de la votación y de conocer los resultados, sobre lo que ha sido la campaña de cada uno de los cinco candidatos principales (porque aunque se haya impedido su participación en los debates, VOX cuenta como uno de los grandes).

Veamos lo que ha hecho cada partido, en una contienda en la que decir sí o no a España tal y como la conocemos, es la clave, hasta el punto de que la izquierda no tan moderada ha necesitado ondear con orgullo la bandera del constitucionalismo.

---

PSOE
Las encuestas le posicionan como claro ganador, aunque sin mayoría para formar gobierno. Necesita pactar, y es bastante evidente que buscará continuar con el bloque de izquierdas. Su campaña era la más sencilla, sólo tenía que mantenerse positivo, esquivar ataques, y sobre todo, no cometer errores.

Los dos primeros condicionantes los ha cumplido con bastante eficacia, pero el tercero, no tanto. Copiar la imagen de la campaña de Obama de forma tan descarada, es un error totalmente evitable, y negarse a debatir, para después dar su brazo a torcer, también.

Será el más votado, pero dejando abierta la posibilidad de una sorpresa que le impida formar gobierno.

PARTIDO POPULAR
Una mala campaña, Pablo Casado se ha quedado en tierra de nadie, en una contienda en la que tenía dos frentes abiertos, por un lado, actuar como alguien que necesita remontar a Pedro Sánchez, y por otro, como alguien que tiene que defenderse de sus rivales del bloque de derechas, para posicionarse como voto útil.

El miedo al crecimiento de Vox, y al auge de Ciudadanos tras la buena campaña de Rivera y Arrimadas, se ha notado demasiado, y ha terminado dedicando demasiado esfuerzo a tratar de seguir liderando la derecha, mostrándose moderado, y menos a la que debía haber sido su prioridad, ir a por el bloque de izquierdas en su conjunto, incluyendo a Unidas Podemos, que sí ha sabido hacer equipo con el PSOE.

Otro error ha sido tratar de defender la marca Partido Popular y justificar su pasado, en lugar de mirar hacia adelante y dar más importancia a la imagen de Pablo Casado como una nueva figura que no tiene por qué responder a hechos anteriores, en los que otros tomaban las decisiones; por algo se impuso al equipo del anterior presidente.

CIUDADANOS
Una buena campaña, por el simple motivo de que tendrán más apoyo del que se preveía hace dos semanas, cuando la tendencia era claramente negativa. Los debates en los que han participado tanto Albert Rivera como Inés Arrimadas han provocado que el interés por este partido se refuerce.

Albert Rivera ganó el primer debate, y en el segundo, que estuvo más igualado, también salió bien parado, dejando uno de los momentos más comentados, al entregar a Pedro Sánchez su tesis, para que la leyera.
​
Se han posicionado claramente como parte del bloque de derechas, tendiendo la mano a Casado y siendo muy agresivos contra Pedro Sánchez, pero también se ha notado la lucha por el voto útil, criticando la corrupción del PP, y tratando de venderse como la verdadera renovación del centro derecha, al animar a este sector de votantes a “mirar hacia delante”. 

​UNIDAS PODEMOS
Al igual que Ciudadanos, llevaban una tendencia descendente en las encuestas de los últimos meses, que seguramente hayan logrado frenar tras la campaña y los dos debates, ya que Pablo Iglesias, gracias a que tanto Casado como Rivera decidieron ignorarle para centrarse en Sánchez, logró salir reforzado.

Una campaña discreta pero favorecedora, para un partido que en el último año se ha desinflado y ha perdido su credibilidad, después de haber sido toda una revelación en los pasados procesos, canalizando la indignación del movimiento 15-M, y estando a punto de ser la primera fuerza de izquierda.

Hay que hacer las cosas muy mal para que, de pronto, un partido viejo y desgastado como el PSOE, vuelva a recuperar el terreno perdido, y ser el voto útil de su bloque con tanta claridad.
​
VOX
Una muy buena campaña, con pocos recursos en comparación con los partidos que tenían mayor representación, y centrada en la buena presencia en redes que han ido construyendo en los últimos años, así como en la organización de mítines que han tenido una respuesta muy positiva.

Realmente no es un partido nuevo, porque ya estuvo en los procesos anteriores, pero sí lo es su causa, que tomó fuerza después del agravamiento del problema catalán, y tras el hartazgo de muchas personas respecto a la exagerada presencia de lo 'progre' en la política, sociedad y medios de comunicación.

Como partido de derecha relativamente nuevo, es difícil medir su posible impacto antes de las elecciones, pero está claro que tras esta contienda, serán una fuerza más, que se una a los cuatro grandes partidos. Su gran reto, más que gobernar, es desbancar al PP y convertirse en la primera fuerza de su bloque. 
​
CONCLUSIÓN
La política de bloques ha obligado a los candidatos a lanzar muchos mensajes hacia sus oponentes, más que hacia sectores de la ciudadanía y los beneficios que pudieran obtener. En el bloque de izquierda, la intención es crecer lo máximo posible entre PSOE y UP, para evitar pactos con fuerzas contrarias a la unidad de España; han colaborando y han difundido juntos el temor a la extrema derecha. En el bloque de derecha, la pugna ha sido más dura entre los tres grandes partidos, enfrentándose por ser el voto útil, y perjudicando el sentido de bloque que pudiera permitirles sacar a Sánchez de la presidencia.

Solo Ciudadanos y Vox han tenido totalmente claro cuál es el eje de esta contienda, decir “sí” o “no” a España tal y como la conocemos, y lo han comunicado correctamente. El resto ha girado en torno a esa idea, pero con menos fuerza. Pablo Iglesias trató de sumarse a este eje, y ponerse del lado del “sí”, mostrándose de pronto como un partido constitucionalista y moderado, pero la incoherencia con sus acciones pasadas, y su apertura a pactar con partidarios del “no” es demasiado evidente.

---