Las elecciones presidenciales de México dejan un ganador previsto, el priísta Enrique Peña Nieto, y un gran perdedor, el Partido Acción Nacional (PAN), que presentaba a la candidata Josefina Vázquez Mota con el objetivo de revalidar la cadena de victorias del partido, iniciada en el 2000 con Vicente Fox. Varias conclusiones pueden extraerse de este proceso desde la perspectiva de la comunicación política, entre ellas, destaca la puesta en evidencia de la ineficacia del no. Una campaña muy centrada en la campaña de contraste, debido a la existencia de un candidato puntero en las encuestas desde muchos meses atrás. Finalmente, fue el PRD, el partido que más apostó por construir en lugar de destruir, el que pudo hacer sombra a Peña Nieto, cuando partía de la tercera posición de acuerdo a los primeros estudios de opinión del año. El PAN inició su campaña más preocupado por lo que indicaban las encuestas que por consolidar la buena imagen que Vázquez Mota había comenzado a forjarse tras vencer a Ernesto Cordero y Santiago Creel en las primarias. Centrando así su estrategia en dañar a Peña Nieto, y descuidando demasiado la logística de la gestión electoral, con hechos tan perjudiciales como el estadio casi vacío durante la toma de protesta de la candidata, o la creación del eslogan ‘Diferente’, demasiado ambiguo y poco convincente. Sí cumple vs. no cumple La primera gran acción del partido fue el lanzamiento de ‘Peña no cumple’, una campaña de desprestigio que supuso el inicio de la fallida estrategia electoral panista. La maniobra consistió en el lanzamiento de una serie de vídeos y de una página web en la que se mostraban antiguos compromisos de Peña Nieto y su estado actual, tratando de anular el principal mensaje del priísta, el compromiso. No es que las campañas de contraste sean ineficaces, posiblemente, otro tipo de estrategia pudo cosechar mejores resultados. Sin embargo, tratar de polarizar el eslogan que está empleando un rival hacia el lado negativo no es buena opción. Finalmente, el PAN no hizo más que destacar aún más la figura de Enrique Peña Nieto utilizando las palabras clave de la campaña priista. Colocando como tema principal de la agenda mediática electoral el compromiso o no de Peña. Para contrarrestar, el PRI no necesitó más que continuar su campaña, centrándose en sus propios esfuerzos y construyendo a favor de sus propios intereses. Como única medida directa a la campaña de contraste panista, bastó con crear una nueva web llamada ‘Peña sí cumple’. ‘Peña sí cumple’ contra ‘Peña no cumple’ es la palabra del PRI contra la del PAN, eso sí, utilizando el eslogan priísta. La polarización en sentido positivo tiene más opciones de imponerse a su opuesto. Al final, pocos se acordaron de la gran candidata que parecía ser Josefina Vázquez Mota tras las primarias panistas; el tema fue: ¿Peña cumplirá? Más inteligente fue la campaña del PRD, posicionando a su candidato, Andrés Manuel López Obrador, como el verdadero rival de Peña Nieto, desligándose de grandes campañas negras, demostrando a los votantes que las opciones de superar al priísta eran reales. No fue suficiente, pero tras un mes de campaña, quedaba ya claro que la puja por la victoria sería únicamente entre el PRI y el PRD.
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Miguel Ángel Matilla Blanco:
asesor de comunicación estratégica; formador; escritor Categorías
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Junio 2024
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