Mitt Romney fue el vencedor del ‘supermartes’, consolidándose así como el favorito para lograr la candidatura del Partido Republicano y hacer frente a Barack Obama. A pesar de ello, su victoria no sirvió para sentenciar al resto de aspirantes, quienes han prometido pelear hasta el final. Lo cierto es que al principal perseguidor, Rick Santorum, aún le quedan buenas cartas en la manga. Tras el ‘supermartes’, el mormón Romney se sitúa con más de 400 delegados, contra los 165 de Santorum, 106 de Newt Gingrich y 66 de Ron Paul. Sin embargo, el camino hacia los 1.144 delegados para ganar la candidatura que se decidirá en agosto, será largo. La incapacidad de Romney para sentenciar a sus rivales, a pesar de la fuerte inversión de su campaña, crea dudas e instala una atmósfera de desconfianza que perjudica los intereses del partido y, por tanto, favorece la posible reelección del presidente Obama. El pasado martes, el moderado Romney venció en seis estados, incluyendo Ohio, donde se repartían más delegados, aunque con Santorum pisándole los talones. Los votantes republicanos se enfrentan a la disyuntiva de optar por un candidato más elegible para hacer frente a Obama, Romney, o por un candidato situado más a la derecha que encarne los valores del partido, como es el caso de Rick Santorum, e incluso Newt Gingrich.
Las opciones de Santorum Rick Santorum no lo ha dicho todo, sabe que el ala más derechista del partido desconfía de Romney, y su mensaje ha calado hondo en los bastiones republicanos. Por ese motivo, ha obligado al mormón a balancearse cada vez más hacia la derecha, provocando que los perfiles más centristas desconfíen de él. Por su parte, la inflexibilidad del ultraderechista no hace más que afianzar el apoyo del núcleo duro republicano. Hay tres claves para que Santorum pueda arrebatar a Romney la candidatura republicana: en primer lugar, que se confirmen los buenos pronósticos a su favor de cara a las próximas votaciones en el sur. En segundo lugar, que pueda superar sus problemas con el voto femenino y católico. Por último, el mayor impulso que podría recibir Santorum sería una renuncia a tiempo de Newt Gingrich, de hecho, la Fundación Red, White and Blue, partidaria de Santorum, solicitó a Gingrich que se retirase de la contienda tras los resultados del ‘supermartes’, para “no convertirse en un obstáculo a la emergencia de un candidato conservador”. No obstante, Gingrich ha asegurado que no se va a rendir. Mitt Romney no puede confiarse, y lo sabe perfectamente. Tras conocerse los resultados del pasado martes, el mormón pidió a sus rivales que le reconociesen como vencedor para evitar un mayor desgaste en el partido; sin embargo, tanto Santorum como Gingrich consideran que aún tienen opciones de lograr la candidatura, y razón no les falta.
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Miguel Ángel Matilla Blanco:
asesor de comunicación estratégica; formador; escritor Categorías
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Junio 2024
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