El inestable contexto internacional está sirviendo a México para convertirse en un país cada vez más atractivo para la inversión extranjera, reforzando sobre todo la alianza con su gran vecino, Estados Unidos. Sin embargo, la situación política al interior del país parece más enfocada en los intereses electorales que en impulsar estas oportunidades de desarrollo económico. México ofrece claras ventajas competitivas respecto a China, con quien hay una creciente tensión en Occidente tras el conflicto europeo, y a pesar de la aparente aversión del Gobierno Federal mexicano a todo lo que venga de fuera, las grandes empresas internacionales están encontrando la manera de tener cada vez más presencia física en el país. Es el caso que hemos vivido con Tesla, empresa líder en vehículos electrónicos y energías renovables, la cual anunció su intención de construir una gigafábrica en Nuevo León con una inversión de 4.500 millones de dólares. Ante esta noticia, la maquinaria política de los gobernantes implicados se puso en marcha para buscar la forma de apuntarse el logro, incluyendo al mismo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. El esfuerzo por dominar la narrativa respecto a la llegada de Tesla evidenció la polarización política que impera en el país, con un AMLO que trató intervenir para que la inversión se realizase en el sur, zona ampliamente controlada por MORENA. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, publicando un tweet en el que únicamente se leía: “Otro logro del presidente López Obrador”, con una imagen de la futura fábrica de Tesla. Y por otro lado, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, recibiendo a Elon Musk y creando una potente campaña de comunicación. La llegada de una marca como Tesla debió entenderse como un logro de país, motivado por el atractivo que México está adquiriendo en el ámbito económico global; sin embargo, se convirtió en una extraña disputa política, que incluso pudo poner en riesgo la inversión, como pareció insinuar el presidente López Obrador en caso de que no se cumplieran sus expectativas. Esto es solo un ejemplo más del contexto político que hoy en día vive México, con un liderazgo nacional muy personalista, que necesita acaparar todo lo que sucede en el territorio, y demostrar su influencia a toda costa para seguir alimentándose, sin importar los riesgos u opiniones que esta forzada omnipresencia pueda generar. Los comentarios están cerrados.
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Miguel Ángel Matilla Blanco:
asesor de comunicación estratégica; formador; escritor Categorías
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Junio 2024
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